Se estima actualmente que hay 1,7 millones de muertes por año como resultado de la tuberculosis (TBC) y el número de nuevos casos en todo el mundo (más de 9 millones) es mayor que en cualquier otro momento de la historia de la enfermedad.

El 80% de los casos se encuentran en los países de bajos y medianos recursos. El África subsahariana ha sido desproporcionadamente afectada debido a los devastadores efectos del VIH sobre la susceptibilidad a la TBC, y tiene un registro de cuatro de cada cinco casos de TBC asociada al VIH, en el mundo.

En muchas regiones altamente endémicas para la TBC, el diagnóstico sigue basándose en la microscopía de esputo, que ya tiene un siglo de antigüedad; no existe una vacuna con una eficacia adecuada; los regímenes de tratamiento son prolongados y tienen su riesgo de efectos tóxicos. Las crecientes tasas de TBC farmaco-resistente en el este de Europa, Asia y África subsahariana ahora amenazan con socavar los logros alcanzados por los programas de control de la tuberculosis en todo el mundo.

Por otra parte, nuestra comprensión fundamental de la patogénesis de esta enfermedad es inadecuado. Sin embargo, la mayor inversión ha permitido a la ciencia básica y la investigación traslacional y aplicada producir nuevos datos, que permitan avances prometedores en el desarrollo de diagnóstico de la TBC, mejorar los marcadores biológicos de actividad de la enfermedad, medicamentos y vacunas.

El creciente impulso científico debe ir acompañado por una inversión mucho mayor y el compromiso político para cumplir con este enorme desafío persistente para la salud pública.

Fuente: The Lancet 2011;Vol 378(9785):57 72

Contenido actualizado el August 5, 2019, 10:15 pm